y entonces, un poco con la lengua afuera, alcancé a levantar las bolsas repletas de cosas y le hice una seña al primer taxi libre que ví. Éste paró, abrí la puerta malabareando mi pesada carga y amenazando un poco en ese ejercicio a un ciclista que recorría la gran vía. pasé y me senté. dije a metro metropolitano por juan veintitrés y escuché que me respondieron, bueno.
ESTO VA A TERMINAR CON NOSOTROS, fue lo segundo y último que dijo el taxista de bigotes, y yo no dije nada más.
1 comentario:
...con lo entretenidos y bien informados que son los taxistas madrileños!
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