15 de abril de 2009

pequeño beso, pico.

Me ha quedado muy claro, yo sería el demonio o el hombre del espacio pero nunca el gato ni starboy. Demonio tiene esas botas increíbles con escamas y el pelo tomado en colita. Pone los ojos en blanco, tiene un bajo en forma de hacha, saca la lengua y escupe sangre que es el glamour mismo. El hombre del espacio tiene a su favor el vestuario con hombreras y yo tengo en mi contra la idea permanente de que tengo los hombros estrechos, así que haga usted su matemática. El gato es gato y no usa plataformas para poder tocar la batería, lo que lo hace lucir levemente enano y bastante afeminado. Starboy tiene un escote demasiado pronunciado, punto.


En el momento del falso final, olé olé olé, aplauso, kiss-kiss-kiss-kiss, yo me encontraba en el perímetro de la cancha buscando un baño. Exactamente cuando lo encontré y mi mano abría la puerta azul con rótulo disal y yo entraba y hacía esas maromas que una hace en los baños públicos que ni Harry Houdini sale entero y con la dignidad aun como bandera, Paul Stanley con su fundillo brillante volaba por los aires desde el escenario hasta la plataforma de luces y sonido que estaba sentada en medio del estadio. Paralelamente Starboy surcaba libre el cielo de Lima y yo batallaba encerrada dentro de un cubículo azul de plástico, por eso no lo ví. Igual al salir la Lore me dijo que le tomara una foto con el móvil y eso hice.



1 comentario:

Lorraine dijo...

Salió de puta madre :)