Como a Magaly Solier en sunset boulevard, a quien la buen Mávila le preguntó cincuenta veces si había soñado alguna vez con ése lugar. Alguna vez soñaste con esto? Te acuerdas de la película MagalY? No te sientes un poco como Julia Roberts en Pretty Woman?
Yo me siento un poco como Julia Roberts en Pretty Woman, Mávila, salvando las distancias.
Hoy es el día de la mujer que se supone existe desde hace cien años y por el que me saludan desde el 93. Entonces era como si yo misma hubiera vencido una lucha que pelearon otras, o como si en el 92 hubiera estado sometida y recién cuando me saludan ya soy hecha y derecha, te lo digo con el taco. Han pasado 17 años y cuando hablan de mujeres imponentes y de historias internacionales me imagino a mi bisabuela que doblaba en ocho el pie para caber en un zapato femenino y que no decidía mucho sobre su pie, ni sobre su propia vida o muerte y también me acuerdo de mi abuela, que era bastante más de avanzada y que hacía teatro y usaba ropa cul y calzaba abiertamente 38 porque eso entonces ya no importaba, y que sabía qué olor era marihuana o nó, pero que cuando niña me decía que sea buena con mi papá, que las hijas de padres divorciados tenemos que ser buenas y afectuosas para que así nuestros papás no se olviden de querernos, como le pasó a ella con su papá.
A mí también me han hecho preguntas estúpidas como las de sunset boulevard, me han mirado y acariciado la cabeza como tocando a un caniche imaginario y me han dicho carlita, y flaquita y mamita y he sido jerma de un par de idiotas y novia de un par de chicos buenos y mis propios subalternos me han mirado hacia abajo porque soy chica, y he tenido que ir a cenas de trabajo estando a dieta y he cerrado la puerta de mi oficina para llorar por un hombre y he mentido mil veces para lucir invencible.
Vengo a esta oficina casi todos los días para tener un sueldo que me permita hacer una vida sola y sustentar todas mis mañas. Mucho de mi sueldo se esfuma en manos de talentosas señoritas que tajan mis extremidades y pulen mis cabelleras para hacerme apetecible. Apetecible vengo a la chamba y salgo a tomarme una copa de cuando en cuando. Fumo como china en quiebra, dicen ciertos hombres. Pago ese vicio con la plata que me queda, y compro ropa. Zapatos sobre todo, lo más incómodo posibles para manejar el auto y subir escalones hasta la oficina, hasta mi departamento. Tengo chapas en la cartera.
He sido una puta y he sido la reina querida de alguien, igualito que Julia. A veces he sido las dos al mismo tiempo.
Yo me siento un poco como Julia Roberts en Pretty Woman, Mávila, salvando las distancias.
Hoy es el día de la mujer que se supone existe desde hace cien años y por el que me saludan desde el 93. Entonces era como si yo misma hubiera vencido una lucha que pelearon otras, o como si en el 92 hubiera estado sometida y recién cuando me saludan ya soy hecha y derecha, te lo digo con el taco. Han pasado 17 años y cuando hablan de mujeres imponentes y de historias internacionales me imagino a mi bisabuela que doblaba en ocho el pie para caber en un zapato femenino y que no decidía mucho sobre su pie, ni sobre su propia vida o muerte y también me acuerdo de mi abuela, que era bastante más de avanzada y que hacía teatro y usaba ropa cul y calzaba abiertamente 38 porque eso entonces ya no importaba, y que sabía qué olor era marihuana o nó, pero que cuando niña me decía que sea buena con mi papá, que las hijas de padres divorciados tenemos que ser buenas y afectuosas para que así nuestros papás no se olviden de querernos, como le pasó a ella con su papá.
A mí también me han hecho preguntas estúpidas como las de sunset boulevard, me han mirado y acariciado la cabeza como tocando a un caniche imaginario y me han dicho carlita, y flaquita y mamita y he sido jerma de un par de idiotas y novia de un par de chicos buenos y mis propios subalternos me han mirado hacia abajo porque soy chica, y he tenido que ir a cenas de trabajo estando a dieta y he cerrado la puerta de mi oficina para llorar por un hombre y he mentido mil veces para lucir invencible.
Vengo a esta oficina casi todos los días para tener un sueldo que me permita hacer una vida sola y sustentar todas mis mañas. Mucho de mi sueldo se esfuma en manos de talentosas señoritas que tajan mis extremidades y pulen mis cabelleras para hacerme apetecible. Apetecible vengo a la chamba y salgo a tomarme una copa de cuando en cuando. Fumo como china en quiebra, dicen ciertos hombres. Pago ese vicio con la plata que me queda, y compro ropa. Zapatos sobre todo, lo más incómodo posibles para manejar el auto y subir escalones hasta la oficina, hasta mi departamento. Tengo chapas en la cartera.
He sido una puta y he sido la reina querida de alguien, igualito que Julia. A veces he sido las dos al mismo tiempo.
6 comentarios:
normalmente yo te quiero, ya? pero ahora te quiero más.
qué paja esto.
tienes talento. sigue escribiendo. msv
Carla!!
Soy prima de Marìa Gabriela Alvear... si de la que tu buscas...
Cuando comentabas que fueron a una casa al cajòn del maipo con el Pato era mi casa... Me dabas dulces de chicha morada que traías cuando ibas a Perù
Dame tus datos que yo se los doy a la Gaby...
Descubriendo.
Qué te puedo decir.
No sabía que estabas de vuelta al blog, si alguna vez dejaste de publicar, o quizas yo de leérte. Pero bien que aqui estoy/estamos.
saludos !! y nos vemos porahi que a partir de este finde vivo en Lima de nuevo :)
El dia de la mujer es el unico dia del anho que no leo a schopenhauer y prendo la tele en la manhana para ver hombres trabajando para ellas..
buenisima pluma la tuya!
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