A ver cómo explicárselo. Takle entiende hola, corre, sube las escaleras y sonríe que parece un perro anciano en sus últimos segundos. Entiende sentado (en sus versiones sit y chin tau, según el humor), entiende claramente la pata y a veces entiende la otra pata. Le gusta particularmente chubi, que es una modalidad que se da cuando estoy probándome todo lo que hay en el closet y he puesto música para no deprimir y él esta sentado en mi cama, entonces levanta las dos patas delanteras como si fuera un caniche, se apoya en mí y bailamos tipo valsecito unos diez segundos. Trae, pelota, come, pita y no, son otras comandas diarias. A su cama significa a mi cama.
Yo he entendido del perro varias cosas basándome en actitudes clásicas suyas. Por ejemplo no sé exactamente qué le da alergia, pero a veces se le paran los pelos y sé que es una alergia. Sé que le gustan las pitas que transforma en un huaipe maloliente con el que juega sobre mi cama y en los muebles de la sala. Sé que le gustaría ser más valiente pero no se le da, y que le gustaría comer doguitos todo el día, como a mí chocolates. Es una cosa que va más allá de uno.
Por eso ayer en el almuerzo abrí una generosa bolsa de doguitos de carne (bifinhos) y dije chintau y Takle entendiendo perfectito va y se sienta. Entonces le lanzo tratando de embocarle al hocico los trozos de falso tocino y pap, los atrapa y yo digo muy bien, como cesar millá me recomienda. Chintau, lanzo, muy bieeeeen. Así un rato largo, dividiendo de a cuatro la tira de doguitos, unos 4 doguitos. Ufa, el perro orgullosisimo haciendo su trabajo, luchando por su comida a pesar de que no se da cuenta de que yo me vuelvo cada vez más capa y su tarea es únicamente abrir la boca y esperar que caiga el droguito.
Entonces, ya cuando la conducta está reforzada (la de ambos), tomo un puñado de dog chow, al que no le da bola y digo chintau, lanzo la croquetita con forma de zanahoria y el perro pap, se la come (con cara de sorpresa). Le lanzo otro doguito y vuelve a recuperar la confianza, entonces le lanzo una croquetita de carne (la cuadrada roja) y Takle pap, se la come. Doguito y la siguiente es la croquetita redonda de círculos concéntricos que quién sabe de qué será y pap, se la come. Intercalo doguitos y comida perfectamente y estamos de lo más felices, muy bieeeen. Animal entiende todo, hemos creado un nuevo lazo que aplacará mi necesidad de dedicarme a algo y su anorexia.
Ahí, y sólo por ver qué pasaba, lanzo el chiclet de menta directo hacia el perro. Pap, lo recibe, pone cara de confusión, lo escupe de inmediato y me queda mirando como si me puteara. Entonces entiendo que he obrado mal y quiero resarcirme diciendo sentado y lanzándole un doguito extra grande que le rebota en el ojo como si fuera una estatua de mármol con cara de reprobación. La dinámica terminó con Takle entendiendo que soy propensa a llevar ciertas situaciones al límite y yo tomando nota mental de que tenemos que trabajar juntos en la comanda broma, porque aparentemente no la entiende.