28 de enero de 2010

gente que tiene las respuestas pero no lo sabe

12:59 p.m.

xxxx dice:
carla te puedo hacer una pregunta estupida?

carla dice:
dime

xxxx dice:
hay alguna manera de decirle a una chica q no quieres caminar de la manito sin q se resienta?

carla dice:
decirle que te suda copiosamente la mano y que lo haces para no mojar la suya

xxxx dice:
ah de puta madre, le dire eso porq hasta ahora solo atinaba a tocar harmonica
A ver cómo explicárselo. Takle entiende hola, corre, sube las escaleras y sonríe que parece un perro anciano en sus últimos segundos. Entiende sentado (en sus versiones sit y chin tau, según el humor), entiende claramente la pata y a veces entiende la otra pata. Le gusta particularmente chubi, que es una modalidad que se da cuando estoy probándome todo lo que hay en el closet y he puesto música para no deprimir y él esta sentado en mi cama, entonces levanta las dos patas delanteras como si fuera un caniche, se apoya en mí y bailamos tipo valsecito unos diez segundos. Trae, pelota, come, pita y no, son otras comandas diarias. A su cama significa a mi cama.

Yo he entendido del perro varias cosas basándome en actitudes clásicas suyas. Por ejemplo no sé exactamente qué le da alergia, pero a veces se le paran los pelos y sé que es una alergia. Sé que le gustan las pitas que transforma en un huaipe maloliente con el que juega sobre mi cama y en los muebles de la sala. Sé que le gustaría ser más valiente pero no se le da, y que le gustaría comer doguitos todo el día, como a mí chocolates. Es una cosa que va más allá de uno.

Por eso ayer en el almuerzo abrí una generosa bolsa de doguitos de carne (bifinhos) y dije chintau y Takle entendiendo perfectito va y se sienta. Entonces le lanzo tratando de embocarle al hocico los trozos de falso tocino y pap, los atrapa y yo digo muy bien, como cesar millá me recomienda. Chintau, lanzo, muy bieeeeen. Así un rato largo, dividiendo de a cuatro la tira de doguitos, unos 4 doguitos. Ufa, el perro orgullosisimo haciendo su trabajo, luchando por su comida a pesar de que no se da cuenta de que yo me vuelvo cada vez más capa y su tarea es únicamente abrir la boca y esperar que caiga el droguito.

Entonces, ya cuando la conducta está reforzada (la de ambos), tomo un puñado de dog chow, al que no le da bola y digo chintau, lanzo la croquetita con forma de zanahoria y el perro pap, se la come (con cara de sorpresa). Le lanzo otro doguito y vuelve a recuperar la confianza, entonces le lanzo una croquetita de carne (la cuadrada roja) y Takle pap, se la come. Doguito y la siguiente es la croquetita redonda de círculos concéntricos que quién sabe de qué será y pap, se la come. Intercalo doguitos y comida perfectamente y estamos de lo más felices, muy bieeeen. Animal entiende todo, hemos creado un nuevo lazo que aplacará mi necesidad de dedicarme a algo y su anorexia.

Ahí, y sólo por ver qué pasaba, lanzo el chiclet de menta directo hacia el perro. Pap, lo recibe, pone cara de confusión, lo escupe de inmediato y me queda mirando como si me puteara. Entonces entiendo que he obrado mal y quiero resarcirme diciendo sentado y lanzándole un doguito extra grande que le rebota en el ojo como si fuera una estatua de mármol con cara de reprobación. La dinámica terminó con Takle entendiendo que soy propensa a llevar ciertas situaciones al límite y yo tomando nota mental de que tenemos que trabajar juntos en la comanda broma, porque aparentemente no la entiende.

25 de enero de 2010

ESTE BLOG NO ESTÁ MUERTO

(si te acercas un poco aún respira)

Me lo compré y no me ha importado que el timón sea cambiado ni que huela a otra gente un poco, ni que las llantas sean aro 14 y eso las haga más caras que las de aro 13. Confieso que no se qué carajo significa esa unidad en la diferencia entre las llantas del auto nuevo y las del auto viejo. Me ha molestado que el tipo que me lo vendió, que tenía una cara de idiota que ni más, haya sido no solamente un tipo idiota que tuve que ver por tres días sino un idiota más listo que yo, que pudo esconder que la ventana del copiloto no bajaba aún cuando salimos a pasear y yo fui la copilota y no se me ocurrió tratar de bajar el vidrio. Qué difícil darse cuenta de que aún en el 2010 hay gente idiota que es menos idiota que una.

No me importa que yo diga que el auto es como una camionetita y que venga alguien a decirme que es un auto familiar con cara de que quizás yo ya esté planeando tener una familia y claro como es lógico, no empiezo por ahorrar sino que me gasto todo lo que tengo y más, en un auto, como primera medida adulta. Yo sé que no es familiar, que es joven y divertido a pesar de que sea guinda porque quizás en Japón guinda es un color hip y por la diferencia de horario acá es un color de vieja sonza que no da más, de vieja que hace movilidad escolar.

Bueno y aparte de que la ventana no abre y viajo dentro de un microondas a lo largo de lima, el auto se siente bien y se ha adaptado muy bien a mí y a mi perro aunque a nosotros no nos importe el número de la placa ni los trámites y a pesar de que al auto sabe, porque vino sabiendo, que el día que cayó en mis manos fue el último que alguien tuvo real preocupación por si tenía aceite o agua o si las llantas estaban infladas o nó. Es un auto condenado como lo fue el anterior. Finalmente en honor a éste último tenía ganas de decir unas palabras. Ha funcionado hasta el último día, no pidió mucho y quedó estacionado en la casa de mi madre, así como ahí están las fotos de cuando era chica, cierta ropa de la que no quiero deshacerme hace siglos y todos los demás cookies del alma.