29 de octubre de 2008

ministerio divino

Después de mucho tiempo interactuando con mandos medios del aparato público (aclaro que por razones estrictamente académicas) y de volverme una amenaza latente para mas de la mitad de las secretarias, he logrado esbozar un horario tipo que tiene como finalidad el ahorrarme exasperación con sus gritos y llanto, en tiempos laborales. Mi vocación de servicio lo pone a su disposición.



De nada.

28 de octubre de 2008

y un día llegó el feliz momento en que la abollada piñata bajó frente a los ojos de los niños y sus padres, agarró a palazos al cumpleañero abusivo delante de sus amigos, y se retiró de la fiesta arrastrándose lo más dignamente posible.
después de eso ya ningún juego fue divertido, la gelatina se aguó y los chicos regresaron a sus casas sin mayores sorpresas.

21 de octubre de 2008

Busco Oso

Bueno, lo he encontrado me parece. Preferiría no contarlo, aunque mejor lo cuento porque en una de ésas me hago vuelvo un hit entre las otras chicas que buscan osos y leen blogs, pero sobretodo lo cuento con la esperanza de convertirme en el amor platónico de cualquier oso que lea este texto.
Voy a exagerar hasta volverme menos palta, voy a envolver mis paltas en papeles craft para parecer una econena. Les voy a poner lazos rosa y pegarles una postal de la tour eiffel para que pretender que sueño con lugares románticos, y finalmente le pasaré el bulto a cualquiera que esté dispuesto, haciéndole pensar que ganó un premio.

Ay amigo/amiga que me lees, yo sé que tu has pasado por ratos de soledad como el mío. Ratos en que ves una y otra vez los capítulos en que Carrie pasa por momentos difíciles y piensa en Big mientras tú comes ansiosamente un tartar de atún con tostaditas Light en tu sofá de terciopelo, ubicado en la Quinta Av. Javier Prado en ésta ciudad inmunda tan disímil de la Gran Manzana. Entiendo que a todas pensamos cosas así mientras buscamos el amor verdadero.

Hoy por la mañana, mientras esperaba el café doble expreso que compro a diario en una carretilla dentro del supermercado, me decidí a pasear por la góndola de productos enlatados calzada con la imitación de Manolo Blahnik que compré en payless, cuando de pronto sentí una mirada golpeándome la nuca. Volteé de la manera menos evidente y esbocé una sutil y nerviosa sonrisa al increíble tipo que me sonreía de vuelta. Tuve esa sensación de escalofrío y calentura de cuando una reconoce en el otro al elegido. Un enorme oso de anteojos como el de mis sueños me había encontrado al lado de las latas de frijoles y arvejitas. Qué situación tan Meg Ryan, tan película norteamericana para señoritas! Yo, que siempre he querido vivir en un lugar cosmopolita y no lo he logrado porque el sueldo con las justas me da para lucir Dress for Less pero siempre con tul y panty, sentí que por fin me acercaba al final de la búsqueda. Torpemente dejé caer la lata de Portola que llevaba en las manos y ambos en simultáneo la recogimos rozando garras y uñas rosa para entonces levantarnos avergonzados y saludar.



No quiero decirte más para que no se me sale la nueva relación. Sólo que pienso que quizás en su peludo y oloroso pecho encuentre por fin la felicidad y la visa, teniendo en cuenta que los animales en extinción tienen mayores posibilidades de ingreso al país donde me espera el futuro. Ahí están los zapatos puntudos y los bares donde Charlotte se levanta a tipos increíbles. Está el Empire State en cuya terraza pasaremos tardes estupendas y el Central Park donde haremos picnics sentados en manteles a cuadros.

Por el momento me ha dicho para comer Min Pau en Chinatown o Barrios Altos y eso me tiene como loca.
Volveré con más noticias.
Xoxo.

16 de octubre de 2008

obreros y pescadores


Al otro Juanito íbamos Freda y yo a pasar algunas tardes comiendo sànguches de asado y tomando una chela o dos. Teníamos como diez años menos y alquilamos juntas un taller que era el cubil del horror y una buena excusa para que nuestras familias nos imaginen llevando a cabo actividades productivas mientras nosotras llevábamos bien a cabo nuestra capacidad de reírnos de cualquier cosa y huíamos hacia chorrillos donde habían conchas negras con pulpo y luego al frente una bodega que albergaba la torta de chocolate que ganó el premio a la mejor y a sólo sol cincuenta. Después cruzábamos de nuevo la pista y a unos pasos estaba el Juanito donde íbamos a encontrarnos con nadie que pusiera de manifiesto que esos varios días nos dedicábamos a nada.
Exactamente en frente quedaba el Bar Obrero y nunca supimos, hasta hace unos tres años.


Yo esta nota tendría que haberla escrito antes. El Obrero era en realidad algo así como la sede del Sindicato de Obreros y Pescadores de Chorrillos desde mil novecientos veintitantos, que así consignaba una placa. La peñita, le decían los del barrio. Los jueves era música criolla, los viernes nueva ola y los sábados no tengo ni la menor idea de que tocaban, pero todo en vivo. Uno pasaba por una puerta de vaivén, rodeaba una mampara de madera y se encontraba con un salón largo donde los parroquianos toneaban de lo lindo. Habrían unas quince mesas en total y al fondo el escenario que estaba o nò dependiendo del día, conjunto criollo o banda. El cover costaba cinco soles. Del techo colgaban dos arañas de cristal seguramente desde el inicio. En las paredes las gigantografías de los conjuntos que tomaban la voz y de los solistas, cada uno con su slogan. Fulanita la voz que viene del mar o sutanito, el jilguero criollo. Hubieron días en que aseguro que eran más los cantantes que cerveceaban esperando su turno, que los simples oyentes.


La primera vez que fui, sentí que había descubierto el titanic chorrillano. La luz de las arañas era amarilla y el público se movía con una energía especial o mas bien el publico era especial porque parecía que yo a esas personas las conociera de siempre o que quizás alguien había hecho una especie de casting y acomodado el reparto de tal forma que uno se sintiera libre y como en casa. Los señores eran cincuentones con mocasín y las señoras eran sesentonas con ceja delineada. Y una coqueteaba respetuosamente con unos y otros y se dejaba sacar a bailar hasta polca sin miedo a nada. Los puristas decían no muevas los hombros, cuidado con las caderas, y las seños sentadas se reían en complicidad. Todo era extraordinariamente amarillo y la señora de las cervezas a partir de mi segunda visita empezó a tratarme con familiaridad consanguínea.


Espero que quede claro que yo no descubrí ese lugar. Que a mí me llevó un ex novio cuya cofradía era asidua y habían de alguna manera supongo que tácita, mantenido el secreto y preservado el lugar de cualquier invasión que alterara ese òrden màgico. También es probable que yo le este agregando color porque siento pena, pero me parece que así era. De esa manera yo también me cuidé de llevar a demasiada gente para no contaminar.


Un día descubrimos que sobre el escenario estaba una especie de tarima que era la habitación de alguien que defendía su privacidad con una cortina y desde entonces al espectáculo se sumaba un teatro de sombras que hacía las maravillas para los mirones, entre quienes me incluyo a mucha honra. El obrero era como entrar por una puerta de vaivén a otro tiempo y lugar, donde yo era una criollasa y no una carlita cualquiera, donde cualquier vals era mi vals y yo lo habìa vivido y hasta sangrado.


Ayer que pasé para ver el derrumbe resultó que sobre el salón se levantaba un segundo piso del que nunca me dì cuenta, donde vivían cuatro familias que no estaban cuando todo se vino abajo. Sòlo estaban tres obreros embelleciendo el bar y apuntalando una pared panzona. Uno, pobrecito, muriò aplastado por vigas de madera antiquìsimas cuando ya habìa alcanzado la calle. Los vecinos decìan le tocò su hora, decían què salado ese conchesumadre, mientras el tío era velado a un par de cuadras. Como diez personas que solían vivir ahí miraban cada cierto rato el desmonte donde no hay absolutamente nada vivo, esperando a ver si pasaba algo. Hoy van a tumbar la casa vecina que se balancea y desde donde se ve una mesa perfectamente servida a milímetros de caer diez metros hacia uno. Los vecinos culpan al alcalde, al inc y a la música que escapaba de las fiestas a las que éramos asiduos. Ya se acabò pero con eso termina de acabarse.


Yo tendría que haber escrito esta nota con fotos cuando quise incursionar como cronista en la revista de domingo de un diario. Incluso hablé con la señora de las cervezas y tenía su permiso para hacer fotos y departir con los habitues más viejos, pero ahora a riesgo de sonar como la más cursi, el obrero es un archivo amarillo que guardo en este blog que es mucho mejor que mi machucada memoria.Una especie de desmonte plomo sin tiempo ni espacio.

12 de octubre de 2008

Se buscan alternativas de solución para un problema concreto:

René, Ricky, Xavier, Miguel y un tal Charlie, han decidido reencontrarse nuevamente. Como si la vida los separara cada dos años por error, o como si fuera especialmente interesante para alguien seguir de cerca su envejecimiento. Y cantan súbete a mi moto. Y vienen sin importarles que en ésta nación ya tenemos dejavus del horror como son Jimmy Santi o Yola.

Tenemos que conseguir (ubicándolos en distintos continentes, construyendo muros, robándoles los celulares u ofreciéndoles trabajos dignos que no impliquen cantar Claridad en el dos mil ocho) que esos cinco individuos no vuelvan a reunirse.

Por el amor de dios.

11 de octubre de 2008

me provoca lapearte

yo a tì, por lorna.


porque te acuerdas de que hace años pasè al lado tuyo a sabiendas de que ni te mirè. porque te sometes abiertamente a mis malacrianzas. porque aunque no quieras aceptarlo, has abierto un blog que leo sòlo yo.

tambièn quiero decirte que sè que es una trampa y que lanzas anzuelos a ver què pasa, y que piensas que te doy bola pero que no te doy ninguna bola, sino sòlo te llamo a decirte lorna por una cuestiòn catàrtica, y paso rato contigo por una cuestiòn catàrtica y finalmente escribo èste texto por una cuestiòn catàrtica habièndome salido de un evento importante de chamba para hacerlo y con la plena seguridad de que en unos tres minutos ya lo habràs leìdo y estaràs sintièndote winner en tu cuarto decorado con afiches de superlornas.

yo no te lapeo sòlo porque si lo hago se levanta a defenderte el gremio de geeks que manejan las compus y quizàs todo termine de mala manera. no te lapeo pero te escribo este post que soy yo hincàndote con el ìndice y el anular derecho en la frente, como seguro te hacìan a diario los bacanes en el cole cuando leìas tus còmics, comìas tu quinto pan con mermelada, o resolvìas el crucigrama en el recreo.
èste post es lapo y beso.

7 de octubre de 2008

arequipazo

Arequipa es tan bonita que he estado tratando de comunicarme por teléfono con la abuela para decirle lo mucho que me ha gustado su ciudad y que se sienta contenta para que en el fondo así podamos finalmente tener una cosita en común, pero la abuela no ha conectado su fono o quizás hace tanto que no llamo que ya cambiaron el número o la abuela ya no vive ahí. El caso es que detuve mi admiración por arequipa varias veces para llamarla sin resultados y mi yo paranoica me dice que por ahí la abue se compro una máquina con caller id y está en lima viendo el teléfono con gesto displicente y brazos cruzados mientras que yo pongo a arequipa en stand by por su culpa.

He pensado que sería lindo que mi departamento fuera de sillar, con los techos altos y arriba una bóveda y además convertir el cuarto de la compu en una especie de mazmorra donde torturarme como santa. En la puerta pondrìa cartelito que diga 1928.

Volviendo a arequipa, las calles son lindas y el sol te cae justo encima de la nariz dejándote la marca de los lentes, pero es un sol que genera una alegría extraña que no te permite pensar en cosas malas. Y las calles son preciosas y los bares son preciosos y los restaurantes son lindos. Además, hay una tienda de La Ibérica en cada esquina.

Claro que me hubiera gustado caminar del brazo con alguien de quien estuviera enamoradísima, pero no se puede tener todo. Por el momento tengo mazapanes, quesitos, trufas y alfajores de antojitos arequipeños. Eso es bastante.