29 de abril de 2008

compro zapato con plataforma caleta

estaba en el foro oyendo cosas atroces sobre el futuro de todos, cuando se acerca un señor a quien me referí con humor en la columna del diario.
qué bueno, pensé, se ve simpatiquísimo.
a good sport, eso se traduce en tener correa.
Camina sonriendo, se para frente a mí con cara de pregunta y dice tú eres la que escribe en la república, no?
yo le digo sí, y el replica
QUE RARO, TE IMAGINABA MUCHO MÁS ALTA...
y se va, seguramente a cargar su rifle de nuevo.

24 de abril de 2008

cuenticos de la burguesía



Cuenta la leyenda que el primer método para elegir las vías era el juego de “ponle la cola al burro”. La ciudad era distinta entonces. Tiempo después lanzarían dardos directamente contra el mapa, pero con la llegada de la primera botella de alcohol a la reunión de cofrades, la situación se tornó violenta y reemplazaron los dardos por cuchillos.

A lo largo del tiempo, la sociedad secreta que conforman los burgomaestres de lima y que se reúne semanalmente, ha ido cambiando. Un pacto de no agresión facilita las sesiones donde perro, pericote y gato (estos últimos siempre hacen la mayoría) hablan de diversas cosas y se ríen de sus electores, que con ese fin es que instalan las cámaras ocultas en los municipios.

Después de la carcajada general que suscita la lectura a viva voz de las cartas de queja de algunos vecinos, proceden a echar a la suerte qué calles, avenidas y principales arterias taladrar durante los días siguientes. A veces cuando los alcaldes son muy amigos, se ponen de acuerdo para romper todas pistas de todas las calles de distritos colindantes al mismo tiempo, como en una especie de pacto de hermandad. El resto del tiempo es como una medición de fuerzas. Uno dice, yo rompo pedro de osma, el otro dice, entonces yo rompo república de panamá y la vereda del parque reducto; si uno dice yo rompo la panamericana en chorrillos, otro contesta ah entonces yo me hecho abajo el paseo de los héroes; y así…

No se me malinterprete y se piense que la fiesta semanal es lo único a lo que se dedican las autoridades locales, no. También asisten a una reunión anual en la que definen qué pistas y veredas de las que se rompen semanalmente se arreglarán en los próximos meses, todo sujeto al presupuesto y si queda tiempo antes de la próxima campaña, obviamente.


21 de abril de 2008

historia por entregas

PELÉ -parte I

En barranco hasta el señor de los milagros le hace a la trasnochada. Esa noche de noviembre volvía en hombros de los devotos a una casa, horas después de que la afición nacional hubo lamentado la pérdida frente a la selección brasilera. Sin importarle el score final, el cristo de pachamamilla versión lima 04, había salido, paseado y se disponía a descansar. Los fieles entusiasmados cargaban el anda y lanzaban pétalos mientras que una improvisada banda entonaba himnos populares a ritmo procesional.

A pocas cuadras terminábamos de tomar algunas cervezas después del partido. La visita se había ido y sólo quedábamos el perro, D. y yo. Pelé, saltaba de un lado a otro y daba esos grititos de urgencia de cuando pedía baño arrodillado, en idioma perro. D. salió sorteado para sacar al Pelé a pasear al malecón, resultado de mi rifa imaginaria que le comuniqué mientras me metía en la cama a ver lo que quedaba de los programas del domingo.

A esa hora, ese mismo domingo, el cristo moreno y mi perro brasilero andaban las mismas calles.

La primera detonación casi ni la sentí. La segunda, tercera y cuarta, sí, y de inmediato llamé a D. para cerciorarme de que ninguno de ambos haya muerto en lo que sonaba como una balacera. No respondió. Llamé varias veces más.

-Han habido explosiones, Pelé estaba suelto y salió corriendo. Tengo varios minutos buscándolo.

Los fuegos artificiales que despidieron la procesión, despidieron también a mi perro. Mi perrito, mi preocupación. Ahora cristo dormía y mi peregrinación empezaba.

18 de abril de 2008

¿Y ahora?

Mientras 300 taxistas toman clases de chino mandarín para hacer sentir como en casa a los asiáticos que vengan a las cumbres, Ramiro Cumpa Fernández - taxista soltero de 47 años y chalaco desde la entraña- se inscribió hace poco en un curso veloz de francés con la esperanza de que, en algún momento en que Sarkozy no la viera, la mujer de sus sueños saltaría dentro del tico amarillo para alejarse de los flashes, tal y como sale en una película con Julia Roberts y Hugh Grant. Luego una vez dentro de su casa en Puerto Nuevo, ella decidiría dejarlo todo a cambio de una vida sencilla al lado de Ramiro, su salvador.

Cocó de la Concha y Rivas Mar andaba entusiasmadísima con la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, sin tener la más mínima idea de a qué se debe que venga tanta gente extranjera. Lo importante es que vengan europeos, gorda. Pero sobretodo lo mejor es ser la envidia de las demás señoras del Club y haberse hecho invitar a los cocteles en todas las embajadas para tener la posibilidad de ser fotografiada cerca de Carla y salir en las páginas de sociales al lado suyo.

Muchas autoridades, ministros y embajadores, esperaban la Cumbre escuchando los ronroneos y arañazos a la guitarra que la primera dama francesa les ofrecía generosa en sus canciones. Anhelaban verla de cerca aunque venga al lado de pequeño y achapulinado Sarkozy. Cada mañana era un día que los acercaba a ella y en eso pensaban al abrillantarse las calvas o retocarse las algodonadas cabelleras.

Todo era una maravilla hasta ayer cuando el señor Vega LLona, presidente de la comisión organizadora, salió a decirnos que Carla Bruni no viene.

Así no, pues. A partir de hoy ya no queremos cumbre, ni inversionistas, ni prensa. Paren el corredor vial, que no viene la reina. Ya no se esfuercen en sacarle lustre a la nación. Las buenas señoras que festejaron el matri de Juan Diego desde la calle, se quedaron tirando cintura. Ahora a menos que haya una ocurrencia de Chávez, nos han estropeado la fiesta.

15 de abril de 2008


Seguramente usted amigo periodista conoce mi trayectoria, quizás usted estimado lector haya escuchado mi nombre en algún momento (supongo). De cualquier forma vengo frente a ustedes a informarles que yo, Carla García, he presentado mi renuncia (ir subiendo el tono de voz y pronunciar lo siguiente picadito) i-rre-vo-ca-ble al medio de prensa donde antes desempeñaba mi labor como columnista de opinión. Me he visto obligada (cara de seriedad y mirada nostálgica) a tomar dicha decisión por el bien de mi familia, la que no me gustaría se viera perjudicada de algún modo por los mamarrachos que escribo; por los jóvenes (a quienes aun tengo la raza de representar a pesar de mis treinta y tres), pero sobre todo por el bien de mi país, al que sirvo desde que tenía casi siete meses de edad.

(cof-cof)

Lamentablemente, a partir de hoy renuncio y les comunico que me dedicaré con todo mi empeño a la pasión de mi vida: hornear kekitos de sabores diversos y conquistar a los enemigos desde el estómago. A partir de hoy voy a hacer algo para lo que me preparé siempre y para lo que mis profesoras de educación laboral me formaron y me dieron el ejemplo.

Quiero agregar que existe una campaña mediática en contra mía y eso responde a que en el Perú existe una repostera que se llama Sandra Plevisani y le digo desde ya que no me voy a prestar a la guerra sucia.

11 de abril de 2008

COLUMNA HINCHA

Admiro en algunos seres humanos la capacidad de enfrentarse a la adversidad, bordearla y pasar por el costadito en algunos casos, en otros sobreponerse y adoptarla como parte de su día a día, a veces incluso con una sonrisa. En esta columna batallamos para no hacer mala sangre. Somos picones y hablamos en plural, porque nos da un poco menos de vergüenza admitirlo si parece que fuéramos muchos.

Nos rebelamos a acostumbrarnos a que existan “cosas de hombres”, como también a pensar que no es tan grave que un jugador de fútbol le diga una barrabasada en televisión nacional a una árbitro, a un hincha, a un periodista, o al cardenal. Es grave, y pataleamos. Tampoco vamos a celebrar que un tipo tan simpático represente deportivamente a una institución académica, y menos que cuando sale –a pedido de sus empleadores– a disculparse con la dama atropellada, aproveche para arremeterle a patadas a la afición nacional sacando en cara que en balompié, tenemos uno de los veinte mejores tenores de la historia.

Lo que sí vamos a festejar, y digo esto lanzando pica pica al aire y serpentina en mano, es que la universidad que le pagaba le haya dado de baja por grosero. Y mientras le ofrecemos una feliz danza de despedida, le recomendamos que en otra ocasión no se deje aconsejar por su pierna derecha, o izquierda, o por algún chimpún amigo y que intente pensar, porque sobre sus hombros descansa una parte del cuerpo que tiene otros usos más allá de cabecear el balón hacia el arco. No metemos tantos goles como nos gustaría, pero a veces nos pasan cosas bonitas como ésta y nos ponen alegres.

Ahora, Leguizamón, volverás a andar las calles de tu barrio, lugar donde los hombres son bien machos y, a diferencia de nosotros, todos son mundialistas que mantienen a sus mujeres de muy buen humor y felices en sus hogares, recintos donde desempeñan labores de chica como criar hijos y hornear pasteles sin meterse en cosas de caballeros como tú.

7 de abril de 2008

este blog es giacosa friendly

Yo quiero ver a Giacosa en la tele.

Quiero verlo con su canastita pidiéndole a la gente que no use bolsas plásticas, sentado en esa mesa delante del backing nefasto que le ponían, haciendo un programa donde me detengo a escuchar con atención algunas historias, pero sobretodo no sé, a descubrir que el tipo es un poco parecido a uno, o a la madre de uno, o al abuelo.

El programa que Giacosa compartía con del águila y bejarano pegándola de argentino, se convirtió en una especie de placer culposo durante mi tardía infancia: lo veía a diario pero con un poco de roche de aceptar que sí, era lorna por verlo. No se usaba en la época del cerquillo con laca, sentirse atraída por el floro de un tipo mayor, que no tocaba temas precisamente populares.

Giacosa es un tipazo pero eso no lo entienden algunos pusilánimes funcionarios cuando sueñan con los réditos políticos que supone la sobonería desmesurada al jefe de turno. Hay gente incapaz de entender que es mucho mejor tener un Giacosa en pantalla simplemente hablando de lo que le de la gana, que una chica linda dando paso a comerciales.

Habrá que quedarse con su columna del diario, esperando con mucho más ansias las crónicas que las denuncias.
Yo voy a seguir a Giacosa como lo he hecho desde los 14 años.

4 de abril de 2008

La loca de la piedra


El miedo empezó el día que le pregunté a un chico con nombre de salsero puertorriqueño la razón de una evidente cicatriz facial, lo que dio paso un relato que me cambiaría la vida, o más bien la vida en los semáforos.

Fue en febrero y con sol, cuando con la luz en rojo y sentado de copiloto, vió a una mujer correr hacia su ventana con un globo de agua. Más vivo que los vivos, subió la luna y desde dentro hizo una mueca burlona, misma que se desdibujó cuando el globo-que rápidamente reveló ser una piedra -le rompió el vidrio y la cara. Una clásica secuencia de hechos crash-au.

Pasaron más de quince años desde que oí la historia y aún salto si veo a alguien levantar la mano incluso en señal de saludo cerca de la ventana de mi auto, pero también me detengo a varios metros del auto de adelante por si un pastelero me quiere embarrar el parabrisas con su trapo y sobretodo, me angustio y pregunto dónde está la policía, el serenazgo, supermán o mi ángel de la guarda, cada vez que el loco pechicalato, tiznado y con pinta achoradísima que pulula por mi trabajo, sale de atrás del tótem del rotary club para dirigirse a mi auto a exigir el sol que le corresponde por cada pasada.

La loca a quien detuvo ayer la policía comparte el mismo método de la piedra y el hollín, pero le suma el hecho de estar absolutamente desnuda, o más bien le resta la ropa. Las cámaras de tv la pescaron saliendo de un hotelito recién bañada, vestida y con cara de cuerda, de regreso a casa con los cientos de soles producto de un día de intercambio de generosidades económicas y físicas.
Si la sola amenaza de apedreamiento es argumento suficiente para pagar, el elemento privación de ropa es un detallito que agrega un abanico nuevo de sensaciones a usted y a mí, estimado lector, potenciales clientes de la señorita. Purito marketing, persuasión de la mejor. Si está loca lo determinarán en el hospital al que fue trasladada calata de nuevo, desde de la comisaría. Al salir, entre insultos y gritos, le lanzó sus chancletas al periodismo. Aplausos.