20 de diciembre de 2012

Picasso me perturba


Me molesta porque a pesar de que sé que me pone mal, voy de visita a una ciudad y si me entero de que hay una muestra, tengo que ir. Me molesta que sea una de las cosas que no puedo cancelar, que no alargo, a las que voy sabiendo. Me complican las etapas, que hayan tantas. Rosa, azul, cubismo analítico, sintético y hoy me complica Picasso en blanco y negro.

No me gusta su historia, me molesta repasar la historia de personas en base a lo que pasaba en su vida amorosa. Es por eso que me acerco pero no mucho a los nombres de los cuadros, porque en realidad me he descubierto alguna vez teniendo celos de Marié Therese o de Sylvette. Las he despreciado a pesar de envidiarlas porque cada vez que veo un perfil suyo en cuadro, cada vez que mujer echada jugando con gato pequeño, entiendo que les queda poco, que seguramente no volveré a verlas en la siguiente etapa o sala.

Odio el cubismo. Lo odio porque es como si alguien tijereteara la vida y representara la realidad en un collage caprichoso. Odio el cubismo porque estoy segura de que la realidad es un collage caprichoso y que el realismo no es más que una técnica que intenta suavizar los bordes de lo cotidiano.

Me jode Picasso por el claroscuro. Así, en una palabra el claroscuro. Me resulta insoportable pararme delante de un cuadro y sentir que a veces no ha levantado el lápiz del lienzo de inicio a fin. Me doy asco cuando me paro delante de las Acróbatas y las amo, cuando veo el Busto de una Mujer con los Brazos Levantados y pienso, ah carajo, ésto también sabía hacer. Pero lo que más odio de Picasso es pararme delante de un cuadro que no debería decirme nada y sentirme fatal. Me jode que me gusten algunas de sus obras pero odio a muerte la cabeza del caballo de Guernica, los ensayos de la cabeza del caballo de Guernica, el cuadro que vi ayer de una mujer y un pescador en el que ella llora o grita o está haciendo algo que manifiesta dolor y él está echado adentro de un bote pero afuera del agua y hay un niño en algún lado.

No puedo o está muy mal de mi, ir a ver una muestra donde me paro frente al lienzo y quiero ponerme a llorar de angustia, es cierto. Pero Picasso tampoco puede ni debe tirarme su guerra en la cara porque su guerra es la guerra de todos y está magníficamente plantada ahí en tonos de negro y gris y cuando uno la ve provoca tirarse al suelo a dejarse morir o salir a salvar el mundo para que nadie pinte nunca más algo como eso. Picasso me perturba.




2 de diciembre de 2012

Quizás el amor esté frente a las costas de Senegal


La carta más bonita me ha llegado hoy, llena de una rara humildad. Por qué te has acordado de mi ahora. No se por qué me detengo en los detalles pero estudio cada letra, una por una y la relación entre ellas en esta carta. El asunto del correo es por aquí no mas. Llega del mar, en una botella llamada gmail.

Como estas tu alla al otro lado del mundo? Como que te recuerdas de mi ahorita? Ya te mande mensajes por skype y que se donde a veces pero no habia contacto.

Cómo me he acordado de ti? No te he olvidado ni un minuto. Desde la primera vez que te vi  hace doce años después de un aviso de mi madre diciendo, hay un chico donde león que te va a encantar, hasta el último minuto que pasamos en la playa hace once, cuando yo ya tenía novio y vida y trabajo y no podíamos ser como fuimos hasta entonces. Habías llegado al norte no se cómo y te quedaste más de un año. Me contabas de Greenpeace y de barcos. Decías que en tu casa, cerca de Viena, había bien poco que hacer, que por eso te habías hecho al camino. Yo venía de regreso del mundo, había vivido en norteamérica y lo único que quería en la vida era pasarla al lado de un tipo loco como tu, a la orilla del mar. Eramos un poco chicos, no? Los desayunos, las comidas, los planes. Entonces Los Pinos-Zorritos era el universo y la geografía aún no se dividía en dos lados, uno tuyo y uno mío.

Llege esta manana a Mindelo, Cabo Verde, tambien llege a ser pirata de verdad, mi barco se llama Tres Hombres, si buscas vas a ver mucho....

Conozco la bandera de cabo verde. Es azul y la cruzan tres líneas. Una blanca, una roja y otra blanca. Sobre esas líneas un círculo compuesto por estrellitas amarillas. Cómo que me recuerdo de eso, Andreas? Pasé ocho años sentada en una oficina cuando volví a vivir a Lima y tu te quedaste construyendo con tus manos un hotel ajeno en la playa. Todos los días ocho horas sentada frente a un computador, totalmente vestida y con zapatos de tacón. Ahí descubrí Geo Challenge, un juego de países y banderitas en el que me desarrollé con maestría. Seguro el día que dejaste el Perú, yo estaba viendo las formas de los países y sus símbolos a escondidas de la jefa mientras tu te reunías con tus amigos para construir un barco y hacerte al fin, pirata. Tenemos un lugar en una parte que se llama El Pirata, te acuerdas? Lo bautizamos así porque el plan era que recorrieras el mundo en tu barco y luego volvieras a buscarme. Para eso yo tenía que haber conquistado esta parte del mundo y luego construír un enorme muelle frente a mi casa nortina. He visto tu barco, lo he visto mucho. Haces comercio justo, tienes un piano de cola en la panza de la nave. No he hecho el muelle, te lo digo con un poco de pena. No he podido todavía, pero te prometo que pronto.

Este ya es el fin de esta viaje para mi, regreso por la casa para estar con mi familia. Teniamos el ano mas duro de siempre. Mi hermana murio con 33 anos de cancer, dejando una hija de 3 anos y su marido loco de dolor como nosotros.
Este no es el fin del viaje para ti. Vas a volver a Austria un tiempo a estar con los tuyos. Me duele lo que cuentas, aunque no lo entiendo del todo. Cómo se siente que muera la hermana de uno, cuestiona demasiado, te hace volver a tierra firme?


Yo mismo estoy mas o menos bien, loco como siempre y al camino como siempre. Me recuerdo con alegria a los tiempos en Zorritos, espero que tu tambien, Quiero verte, por lo menos escucharte,
Yo misma estoy eso, mas o menos bien, loca como siempre y al camino como siempre. Me acuerdo de Zorritos, del día que bailamos salsa hasta entrada la mañana, cuando se me ocurrió jugar a cargarte y caí al suelo de cara. Me partí el labio y tuve la cara morada semanas –para escándalo y chismosería de los vecinos- pero en ese momento sabía que no había forma de parar de bailar y tu bailaste conmigo -mientras yo chorreaba tímidamente sangre- porque sabías que era lo que había que hacer. Todos los días a la orilla del mar haciendo planes, todos los días cambiando de planes con el pirata vienés. Te estoy viendo y te estoy escuchando. He pensado varias veces dejarlo todo y hacerme a la mar con ustedes. Cargar ron en República Dominicana, llevarlo a otro continente donde carguemos tabaco en rama. Aprender a tocar piano y bajar de copas en todos los puertos.

Un día te sorprendo porque tengo mil ganas de verte, un millón. Vendo todo y me planto frente a las costas de Senegal a esperar el Atlantis. No tengo fotos de cuando anduvimos juntos e imagino que tu tampoco. Todo lo que tengo cabe en la memoria y  dentro del celular. Todo lo que tu tienes viaja en un barco construido a mano y flota. Gitana, me decías.


Aqui estoy, navegando sin parar con raizes in cada trozo de tierra y una lagrima en cada océano,te mando un beso,Andreas

El beso ha llegado y lo mando de vuelta. El muelle puede esperar.