6 de junio de 2011

cap I

Nos vamos muy lejos. Casi te he obligado a que nos larguemos porque Lima no es la misma, ya no la quiero, por donde voy respiro el mismo aire que esa perra maldita. No olvido y entonces me voy para olvidar y dejo todo, pero te llevo como trofeo. Te llevo únicamente para demostrarle a ella que no te tiene, para que cada vez que camine por Lima, que vaya en un auto, que se vea en una foto, sepa que no te tiene, que te tengo yo. Has vuelto y yo soy feliz porque te recupero, pero te digo que no quiero estar mas en Lima, mas en Chorrillos, que todo me recuerda a ella, que todos son caminos que recorrí sangrando mientras tú estabas en su cama, al lado suyo, adentro de esa zorra mientras yo caminaba desangrándome por todos lados, tocando la puerta de la que fue nuestra casa sin que me dejaras entrar. Pero regresaste y como yo mataría por ti te recibo, pero te digo que nos larguemos, que nos vayamos lejos, que solo la distancia conseguirá que me olvide de todo. Entonces te entregas y compramos dos pasajes a Newark Nueva Jersey. Por eso nos fuimos.

2 comentarios:

Renzo dijo...

...pero a veces, cuando te vas por dejar algo detrás, sucede el efecto del chicle (del que alguna vez habló Cortázar) y es como si una parte de ti se quedara pegada en la otra orilla y tú te alejas pero no completamente. Sólo te estiras...

Anónimo dijo...

Oh cómo me ha dolido el corazón al leer esto: "todo me recuerda a ella, que todos son caminos que recorrí sangrando mientras tú estabas en su cama, al lado suyo, adentro de esa zorra mientras yo caminaba desangrándome por todos lados..."