4 de mayo de 2009

sobre ah1n1

No soy ni he sido muy representativa de nada nunca. Soy mujer y estoy feliz de serlo, pero mil veces he deseado en silencio hacer pila parada y reniego de que por ley los hijos se queden casi siempre con las madres en caso de divorcio porque me parece sesgado e injusto. En ese caso me pongo del lado de los hombres. Tengo pelo negro y me parece que las de pelo negro nos divertimos igual y más que las rubias, pero en el fondo hay un tono chocolate que en la luz da casi negro que me gustaría lucir en la cabeza algún día. Me levanto en armas a favor del derecho de la gente a ser gorda, pero no como arroz más de una vez por semana y me peso casi a diario.

Igual la gente que me conoce lo sabe, creo, y entienden que soy sincera cuando salgo a defender la vida de algunos mamíferos o las declaraciones de figuras públicas de las que usualmente soy enemiga.

Habiendo dicho eso, y considerando que parte de la comunidad mundial ha sido injusta en los últimos tiempos con el hermano pueblo mexicano, yo, como habitante del planeta tierra y representando específicamente a la nación peruana porque así me apetece el día de hoy, declaro que al próximo ciudadano de origen mexicano que toque a mi puerta por una razón o la otra, será bienvenido y procederé de inmediato a propinarle incontables besos feroces sin intermediar mascarilla alguna.

Comuníquese y difúndase.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡uppsss!!!

Anónimo dijo...

pasion blogera!