26 de julio de 2011

mira ricardo, pasaron los cinco años

Ya ni se si te acuerdas del día del desayuno de candidatos de la segunda vuelta, que recién salíamos y que te quedabas a dormir a la casa y esa noche yo me desperté tempranísimo, como a las 6am muerta de nervios y corrí a ducharme y a pintarme y a vestirme volando con esa ropa que después al ver las fotos odié pensando que era impropia, que seguía siendo demasiado yo aún cuando me había tomado días escogerla y entonces estaba en el baño temblando un poco y con la panza llena de ess manchitas que me salen de nervios porque mi cuerpo domina mi espíritu y se brota de cosas raras aún cuando yo pretendo aparentar normalidad. Entonces la mano me temblaba pensando que en breve estaría frente a una pared de periodistas y era imposible y frustrante pasarme el delineador por el borde de los ojos, cuando te paraste fuera del baño y dijiste éste es el momento en que yo debería raptarte y llevarte lejos de todo esto y yo te miré y sonreí y esperé como quince segundos que digas algo más para salir corriendo contigo, pero no dijiste nada y por alguna razón rara eso no me frustró sino me hizo sentir brutalmente querida.

Salí de la casa con la ropa equivocada, tomé el fiat uno rojo hacia el comando de campaña, manejé por el zanjón, me quedé varada abajo frente a petroperú y tuvo que venir mi tía a jalarme y llevarme hasta el desayuno en medio del nerviosismo, las manchas en la panza y las ganas de fumarme un cartón de pall mal en un minuto. Pero llegué y alguien tuvo a bien putearme como a hija y decirme si acaso la candidata era yo porque me habían estado esperando y una vez más yo era una irresponsable, pero al toque salimos y nos sentamos en una mesa larga mi papá, su mujer, mis hermanos y yo. Al frente, toda la prensa del mundo.

Ese día temblé como loca bajo la mesa, me comí un chancay tieso, me chorreé chocolate caliente sobre la blusa blanca en vivo por todos los canales de señal abierta y violé la ley electoral. Después fui a votar al Sta Úrsula y de regreso dormí 5 horas hasta ver el flash.

El 28 de julio del 2006 de nuevo me pinté, intente vestir bien aunque llevé puesto un saco morado de terciopelo idéntico al del cardenal y luego casi muero aplastada junto con mis hermanas entre las rejas del patio de honor de palacio y una horda compuesta por apristas y seguridad del estado desesperados por entrar a la casa de pizarro. Finalmente ví el zapato de la ministra de justicia tirado en el suelo y me crucé con el joven sifuentes, entonces de la ventana indiscreta, por primera vez. Por la noche tomé varios shots de pisco peruano con la presidenta de chile y al día siguiente en la parada militar un evangelista quiso darle un vhs o un libro al presidente y se acercó demasiado y hubo un ambiente caótico y peligroso que yo sentí desde la tribuna de honor. En adelante los últimos cinco años.

Esto te lo escribo porque esta noche, manejando como más de cien noches del último quinquenio del extremo lima al extremo barranco del zanjón, me acordé de tu cara esa mañana del desayuno diciendo que debías salvarme y de que yo quise que me salves pero que al final todo era sólo una frase bonita que se te ocurrió en el momento. Y pensaba, después de despedirme de Samanez que creyó que no me vería ni mañana ni pasado, que él y el resto de mozos y sus sonrisas y todos los engreimientos pequeñitos que me hicieron y que les hice yo a escondidas del protocolo, son lo que más voy a extrañar de todo eso que la gente piensa que es el poder y que son gente que la circunstancia pone a tu lado y con los que te obliga a vivir cosas buenas y malas pero sobre todas las cosas, buenísimas como el contexto que te puso al lado mío en el dos mil seis queriendo protegerme para que luego tu te vayas con una y yo me vaya con otro y la vida siga como si ninguno de nosotros hubiera pasado por ahí.

El tema central es que finalmente no necesitaba que me protejas. Me supe proteger sola y estoy bien.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es genial poder leer lo que escribes, ya sea en twitter o por aquí. A veces los de afuera, quienes sólo observamos como se maneja esto del poder, nos olvidamos que la gente que nos gobierna también tiene una vida, y sentimientos por encima de todo. Gracias por escribir.


Andaarre.

Anónimo dijo...

Hay quienes te respetamos sólo por adivinar lo que debe significar haber vivido tu vida. Sin siquiera conocerte más.

Anónimo dijo...

Le dejo escrito lo siguiente:
Que bien escribe! lo hace con el alma y la inteligencia.
Ud es una buena hija y ha hecho un segundo buen gobierno de su padre. la felicito y felicito a su padre por su fuerza su trabajo y su gran capacidad para saber aprender de sus errores. siga escribiendo y siga siendo tan buena hija. gracias
Ana

Anónimo dijo...

Geraldine Chaplin