26 de enero de 2014

museos


La niña llega al borde de la pileta. Tiene un polo verde unisex y lleva el pelo atado en una cola que tiene pinta de haber sido hecha hace algunas horas, pero sigue ahí. Nada mal. Se para justo frente a una de las dos esculturas, la que dice “Niño con pato” y representa bueno, a un niño que sostiene un patito. No mira la escultura, de hecho no mira nada. Mira un lugar es un espacio que no está aquí, eso se nota en sus ojos. ¿Qué piensa una niña de cinco años al borde de una pileta, justo frente a “Niño con pato”?

Entonces llega torpe, metiéndose cabe, un chico de cuatro años rubio. Un poco empuja a la chica de cinco que no se había dado cuenta de la embestida. Se para a la mala y sin mirar tira un quarter, una monedita de veinticinco centavos, dentro de la fuente de los deseos. Da media vuelta y se quita. Ni siquiera ha mirado a “Niño con pato”. La niña lo mira y vuelve a meterse íntegra dentro de sus propios ojitos. Sigue mirando ahí, a ese sitio que no ves, que no veo aunque me esfuerzo.

Extiende la mano con la palma hacia arriba y a la distancia puedo ver la moneda plateada. De inmediato cierra la mano, jala el brazo derecho hacia atrás, lo empuja hacia adelante, abre la mano y la moneda vuela, cae en la pileta y se hunde. La niña baja el brazo. Se queda mirando muy seria el lugar donde cayó la moneda, respirando profundamente.

El otro regresa como dando patadas al aire y se nota que estuvo con sus padres porque viene con ocho o diez monedas de las color cobre y de las plateadas que vuelan entre sus dedos y caen unas dentro y otras fuera del agua. No le importa nada, sus manos de cuatro años, sus deditos microscópicos vomitan pennies y dimes. Le da la espalda al niño, al pato y a la pileta para caminar hacia sus padres, al mismo tiempo que la niña deja de ver hacia el agua y camina hacia exactamente los mismos padres.

¿Qué desea una niña de cinco años con tanto afán?
¿De la cantidad de centavos invertidos depende la ejecución de un deseo?
¿Quién maneja los estatutos de las fuentes?
¿Qué conoce “Niño con pato” de todos los que hoy lanzamos nuestra última moneda?

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