3 de marzo de 2008

CUAL BANDADA DE PALOMAS



Salvo que quien lea esta columna haya sido uno de esos alumnos madrugadores, bien peinados, con el cuaderno al día, la manzana en la mano, el mocasín al griffin y que se aburría en casa los feriados -suma de adjetivos casi siempre englobada por el peruano y políticamente incorrecto término chancón-, usted debe admitir que para los escolares estos últimos días de febrero representan un caluroso paseo hacia el cadalso.

Personalmente aún me torturan las memorias escolares de los primeros días de marzo, de los domingos familiares cuando todo era felicidad hasta que de pronto reparaba angustiada en el tiempo que corría sin remedio hacia el lunes, de la brevedad de los recreos, de la martirizante clase semanal de educación física.

Entonces, ¿por qué llegada la madurez con su batería de normas y parámetros, hasta los peores ex alumnos empezamos amnésicos a mirar a los niños con cara de sapiencia y a hablarles levantando el dedito de la superioridad cuando se rebelan frente al colegio?

Es obvia la vital importancia de una buena educación para el desarrollo de uno y de los pueblos, que es necsario preocuparse de que ésta sea mejor y de que los chicos aprendan de sus maestros todo lo posible –obviando el cobro de comisiones y la violencia huelguista-, pero que levante la mano aquel que no sufrió para despertarse al comienzo de clases, el que no tuvo calor con el uniforme, el que no se perdió los últimos capítulos de marco o candy, porque arbitrariamente transmiten los mejores dibujos a las once de la mañana.

Cuando me vea al espejo y encuentre un búho con lentes, birrete y diploma en la mano, que somete a hijos o sobrinos a la letanía de que la escuela es la etapa más feliz de la vida, sabré que me he graduado de vieja, con especialidad en vinagre.

Mientras, desde esta columna me dirijo a los chicos que le sacan el jugo a las últimas horas del recreo larguísimo del verano para manifestarles mi total solidaridad.
para la republica el viernes pasado

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias totales.

GMAC